Queridos hermanos y hermanas,
En los momentos de oscuridad y desesperanza, es fácil perder de vista la promesa de esperanza que Dios nos ha dado. Sin embargo, en Su Palabra encontramos palabras de consuelo y promesas de un futuro lleno de esperanza y bendición. En el libro de Jeremías, capítulo 29, versículos 11 al 13, leemos: "Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis. Entonces me invocaréis, y vendréis y oraréis a mí, y yo os oiré; y me buscaréis y me hallaréis, porque me buscaréis de todo vuestro corazón".
Estas palabras nos recuerdan que, incluso en medio de las pruebas y tribulaciones, Dios tiene planes de bien para nosotros. Él anhela darnos un futuro lleno de esperanza y prosperidad, pero también nos recuerda que debemos buscarlo con todo nuestro corazón.
La esperanza que Dios nos ofrece no es una esperanza vana o ilusoria, es una esperanza sólida y segura en su fidelidad y amor incondicional. Nos promete estar con nosotros en todo momento, escuchar nuestras oraciones y guiarnos por el camino de la vida eterna.
Por lo tanto, hermanos y hermanas, no perdamos la esperanza, incluso en los momentos más oscuros. Recordemos las palabras del salmista en el Salmo 27:14: "Espera en Jehová; esfuérzate, y aliéntese tu corazón; espera, pues, en Jehová". Que nuestra fe en Dios y en sus promesas nos sostenga y fortalezca en todo momento. Amén.